La confusión entre el chocolate y el turrón de chocolate es más común de lo que parece, especialmente durante las festividades navideñas. Muchos consumidores se encuentran ante la disyuntiva de elegir entre una tableta de chocolate o un trozo de turrón, sin saber que estos productos, aunque comparten ciertos ingredientes, tienen diferencias significativas en su composición y regulación.
Normativas que rigen el chocolate y el turrón
Según Beatriz Robles, dietista-nutricionista y tecnóloga de los alimentos, existen dos normativas que regulan estos productos. El turrón se encuentra bajo el amparo del Real Decreto 1787/1982, de 14 de mayo, que establece la Reglamentación Técnico-Sanitaria para la elaboración y venta de turrones y mazapanes. Esta norma define el turrón como “la masa obtenida por cocción de miel y azúcares con o sin clara de huevo o albúmina, con la incorporación posterior y amasado de almendras tostadas, peladas o con piel”.
En cuanto a los turrones diversos, que incluyen el turrón de chocolate, la misma normativa señala que se pueden utilizar otros frutos secos y diversos ingredientes como chocolate, azúcares, yema de huevo, entre otros. Esto permite una gran variedad en la composición del turrón, haciéndolo un producto más versátil.
Requisitos del chocolate según la legislación
Por otro lado, el chocolate está regulado por el Real Decreto 1055/2003, de 1 de agosto, que establece criterios más estrictos. Para que un producto se considere chocolate, debe contener al menos un 35% de materia seca total de cacao, con un mínimo del 18% de manteca de cacao y un 14% de materia seca y desgrasada de cacao. Esto implica que la calidad y composición del chocolate están más controladas, limitando su diversidad en comparación con el turrón.
Robles aclara que los turrones de chocolate, al pertenecer a la categoría de turrones diversos, gozan de una mayor flexibilidad en su composición. “Se admite que lleven cualquier fruto seco, así como otros ingredientes que amplían las posibilidades de sabor y textura”, añade.
En resumen, aunque tanto el chocolate como el turrón de chocolate pueden parecer similares a simple vista, sus diferencias en ingredientes y regulaciones son notables. Este conocimiento no solo ayuda a los consumidores a tomar decisiones más informadas, sino que también resalta la importancia de las normativas en la calidad de los alimentos que consumimos.
Este artículo ha contado con la colaboración de Beatriz Robles, quien forma parte del proyecto Superpoderosas de Maldita.es, en colaboración con FECYT, que busca aumentar la visibilidad de científicas y expertas en el ámbito público y contribuir a la lucha contra la desinformación.
