Canarias se ha consolidado como un enclave de referencia para la conservación marina tras la designación de 22 Áreas Importantes para Tiburones y Rayas (ISRAs, por sus siglas en inglés), dentro de las 124 aprobadas en todo el Atlántico Norte. Esta decisión fue adoptada recientemente en La Haya, Países Bajos, en un proceso que contó con la participación del doctor David Jiménez Alvarado, investigador del grupo Biodiversidad y Conservación (Biocon) del Instituto Universitario Ecoaqua de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).
Jiménez Alvarado, colíder del proyecto internacional Angel Shark Project e investigador principal de Rays of Paradise, fue el único representante del archipiélago y uno de los dos españoles presentes entre los 30 especialistas convocados a la fase final. Su participación resalta la relevancia de la ULPGC en el estudio y conservación de los elasmobranquios, un grupo que incluye tiburones y rayas.
Especies y áreas de protección
Las zonas elegidas albergan especies como angelotes, mantelinas, mantas, tiburones martillo, solrayo, tintoreras y marrajos. El área de protección más extensa incluye a Fuerteventura, Lobos, Lanzarote y el archipiélago Chinijo. También destacan puntos clave como el Mar de las Calmas en El Hierro, Pasito Blanco en Gran Canaria, y Las Teresitas en Tenerife.
Las ISRAs canarias identifican zonas críticas para especies emblemáticas como el angelote (Squatina squatina) y la mantelina (Gymnura altavela), así como otras de gran interés como las mantas (Mobula spp.), los cazones (Mustelus mustelus) y los tiburones martillo (Sphyrna spp.), entre otros. Estos espacios son esenciales para distintas fases del ciclo vital de estas especies, incluyendo áreas de reproducción y cría.
En palabras de Jiménez Alvarado, “las ISRAs constituyen un paso esencial hacia la conservación efectiva de tiburones y rayas en el Atlántico y en Canarias”, resaltando que su inclusión fue posible gracias a la cooperación científica internacional. El investigador enfatiza que esta herramienta “marca un punto de partida que, con voluntad política y apoyo institucional, puede asegurar la supervivencia de especies clave para el equilibrio marino”.
Distribución de áreas y potencial de gestión
Las designaciones se distribuyen por todo el archipiélago: cinco en Gran Canaria (Pasito Blanco, Las Canteras, Sardina del Norte, Melenara y El Cabrón); siete en Tenerife (Las Teresitas, Radazul, Abades-El Porís, El Médano-Las Maretas, Los Cristianos, Puerto Colón y Alcalá-Playa San Juan); una en La Palma (suroeste de la isla); una en La Gomera (Valle Gran Rey); y otra en El Hierro, que engloba el Mar de las Calmas, El Bajón y la costa sur.
En el sector oriental se localizan tres en Fuerteventura (Jandía, El Jablito y El Castillo), dos en Lanzarote (Playa Chica y El Reducto), una en el estrecho de La Bocaina y Lobos, y la más extensa, que comprende el archipiélago Chinijo (La Graciosa e islotes adyacentes) y Lanzarote.
Las ISRAs no son áreas protegidas de manera automática, pero su identificación ofrece un marco de referencia para diseñar nuevas Áreas Marinas Protegidas, orientar la gestión pesquera, reducir la captura incidental y promover la educación ambiental. “Se trata de una herramienta con un enorme potencial de gestión y conservación”, afirma Jiménez Alvarado, quien subraya su valor como soporte científico de políticas públicas y estrategias de sostenibilidad.
El proceso de designación se desarrolló en el noveno taller regional de ISRAs, celebrado en mayo en La Haya, donde se revisaron propuestas para el Atlántico nororiental y las aguas de España y Portugal. De los 214 expertos que participaron en la fase inicial, solo 30 fueron seleccionados para la reunión final, resultando en 124 nuevas áreas reconocidas, de las cuales 22 corresponden al archipiélago canario.