Adolfo Alcoba ha sido ratificado como decano del Colegio Oficial de Psicólogos de Melilla, asumiendo el liderazgo de un cambio necesario en el sistema de salud mental de la ciudad. En un contexto en el que la salud mental se ha convertido en un tema crucial en el debate público, los profesionales de la psicología en Melilla se han propuesto transformar la atención ciudadana con iniciativas concretas y colaborativas.
Alcoba, con décadas de experiencia en el sector, ha presentado una hoja de ruta clara que incluye la incorporación de seis nuevos psicólogos. “Estos profesionales, distribuidos estratégicamente, pueden revolucionar nuestra capacidad de atención”, señala el decano, quien enfatiza la necesidad de reforzar tanto la atención primaria como la especializada en el Hospital Comarcal.
Propuestas concretas para una mejora sistemática
La propuesta incluye la adición de dos psicólogos en atención primaria y otros dos en el hospital, así como especialistas en salud mental infantil y juvenil. “Hemos cuantificado la demanda y sabemos exactamente cómo optimizar la respuesta del sistema”, añade Alcoba, destacando el trabajo de análisis previo realizado por el colegio.
La situación administrativa única de Melilla se presenta no como un obstáculo, sino como una oportunidad para crear un modelo de coordinación pionero. Alcoba afirma: “Podemos ser el ejemplo de cómo diferentes administraciones trabajan de forma sinérgica”, tras mantener reuniones productivas con representantes del INGESA y otros decanos a nivel nacional.
El decano también aborda el desafío que representa la doble dependencia entre el Estado y la Ciudad Autónoma, sugiriendo que puede convertirse en una ventaja competitiva a través de un protocolo de colaboración efectivo. “En lugar de duplicidades, podemos crear complementariedades que maximicen el impacto de cada euro invertido”, sostiene.
Un enfoque proactivo ante el suicidio juvenil
El Colegio de Psicólogos ha dado un paso adelante al presentar un plan innovador de prevención del suicidio en adolescentes, respondiendo así a una solicitud del INGESA. Esta iniciativa refleja el compromiso del sector con las urgencias sociales, tal como lo indica Alcoba: “Los datos europeos y nacionales confirman la tendencia, pero nosotros ya tenemos la respuesta: prevención temprana desde el ámbito educativo”.
El decano subraya que su formación en psicología clínica respalda propuestas basadas en evidencia científica. “La clave está en integrar la atención psicológica en el diseño de políticas públicas desde el inicio”, enfatiza.
La atención a menores no acompañados (MENA) es otro de los focos de atención. El Colegio de Psicólogos propone un modelo integral de evaluación e intervención que podría posicionar a Melilla como un referente nacional. “Tenemos la experiencia, las herramientas y la voluntad para desarrollar protocolos específicos que atiendan las necesidades reales de estos menores”, afirma Alcoba.
Este enfoque no solo beneficiaría a los menores, sino que podría generar un modelo replicable en otras ciudades fronterizas. “Podemos demostrar que una intervención psicológica temprana y especializada mejora significativamente los procesos de integración”, concluye el decano.
Con solo 126 colegiados activos, el Colegio de Psicólogos de Melilla demuestra que el tamaño no limita el impacto. Alcoba destaca que “nuestra agilidad y cercanía son nuestros activos más valiosos”, lo que permite implementar proyectos innovadores.
El colegio mantiene una actividad constante en colaboración con procesos de selección, formación continua y convenios estratégicos, como el establecido con la Universidad de Granada. Su protocolo de actuación en emergencias ha mostrado eficacia durante años, impactando directamente en la comunidad.
El nuevo mandato de Alcoba coincide con un momento histórico en la conciencia social sobre salud mental. Melilla cuenta con los elementos necesarios para convertirse en un modelo de atención psicológica integral: profesionales cualificados, necesidades identificadas y propuestas concretas.
“Contamos con 126 profesionales comprometidos al servicio de más de 86.000 habitantes”, concluye Alcoba, quien ve la oportunidad de canalizar esta energía hacia un proyecto común que optimice recursos y maximice resultados. La salud mental en Melilla está a punto de dar un salto cualitativo, siempre que las instituciones acojan las propuestas que ya están sobre la mesa.
